VISITA EL BLOG DE MIS AMIGOS Y DEJA TU MENSAJE; LEE A MIS AMIGOS

21 enero, 2021

Tu historia, contada por mamá.

"Estoy de parto", le dije a tu padre por teléfono.

Deberías haber nacido a finales de enero de 2013, no te esperaba tan pronto. La alegría se mezcló con el miedo y la preocupación. Estaba embarazada de 29 semanas cuando el destino quiso que vinieras al mundo.

Te quise desde el principio, desde el momento que mi prueba dio positivo te quise, incluso desde antes.

Tuve que llamar al yayo porqué tu padre se había ido a trabajar. Ya me dolía en el momento de irse, pero, que sabe una la primera vez que va a traer un ser humano al mundo. No tardé ni media hora en llamarle y por el camino me dijo, "no será nada, es demasiado pronto".

Efectivamente era demasiado pronto. Entré a la consulta del hospital y la doctora no tardó en decirme que estaba de parto, debíamos intentar por todos los medios al alcance que no nacieras ese día.

Miré al yayo y tenía los ojos rojos, se estaba aguantando el llanto para no derrumbarse delante de mí. Estaba tan preocupado que no sabía como actuar y se fue para desahogarse, dando el relevo a la yaya que se quedó conmigo hasta que llegó tu padre.

Tu voluntad de nacer pudo con todos nuestros esfuerzos para que aguantaras un poco más. Naciste a las 17:00 horas de aquel miércoles 21 de noviembre de 2012.

El pediatra te arropó, se acercó a mí contigo en brazos y te acaricié con un dedo mientras una lágrima rodaba por mi mejilla. Después, salió de la sala de partos contigo camino de la incubadora, no te volví a ver hasta las 12 de la noche. 

Cuentan que la familia, que estaba en la sala de espera, se abrazó en grupo al enterarse que estábamos las dos bien.

Estuviste ingresada hasta el 21 de enero de 2013. Durante todo ese tiempo a tu padre y a mí solo nos faltó vivir allí, por suerte todo estaba bien y poco a poco ibas ganando peso.

No tuve mi momento, el momento en que das a luz y al irte a casa te vas con tu hija en brazos. Yo no, yo me fui a casa sin ti porque tu sitio estaba en el hospital. No tuve un parto doloroso porque naciste muy pequeña, apenas 1.4 kg. Tampoco lloré, durante esos dos meses no lo hice, no tuve tiempo. Estaba tan ocupada pensando en ti que se me olvidó. Pensé que tenía que ser fuerte porque tú estabas luchando. Fue duro, pero no tenía esa sensación, lo principal eras tú.

Cuando todo pasó, y por fin pudimos irnos a casa a ser una familia estuve varios años en los que no podía hablar del tema porque se me saltaban las lágrimas, no me había desahogado en su momento y ahora estaba saliendo cuando todo era pasado.

Cuando te abracé para salir contigo del hospital prometí no soltarte hasta que quieras volar sola. Las circunstancias ya me obligaron a separarme de ti durante dos meses y quiero estar presente en todos los actos de tu vida.

Por eso eres mi campeona, mi luchadora y una valiente, a tan corta edad tuviste que demostrar que vales mucho y que te mereces todo lo bueno que te suceda. Te acompañaré en cada paso que des y te apoyaré en todo lo que quieras emprender.

Hoy tienes 8 años, eres una niña preciosa, y por fin puedo hablar del tema para escribir estas líneas que forman parte de tu historia, espero que te acompañen siempre y te apoyen en todo lo que hagas.

No pasa un día sin que agradezca a todas las personas que velaron y te cuidaron en esos momentos, no me alcanzará la vida y seguiré estando en deuda.

Lo más grande de nuestro hogar eres tú, todo gira en torno a ti, eres el motor de nuestras vidas.

Te quiero, mi niña Lucía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si estás aquí ya es mucho, gracias por entrar en mi blog y leer parte de mi trabajo.
Este blog tiene activado la moderación de comentarios. Deja tu mensaje y lo publicaré tan pronto como sea posible.
Muchas gracias por dejar tu huella.