(Mientras la naturaleza sigue su curso,
nosotros nos empeñamos en ignorarla)
nosotros nos empeñamos en ignorarla)
Dicen que la poesía es el sentimiento del alma, sentimientos ocultos del autor, la verdad es que cada uno tiene su propia definición.
Sin poesía el mundo sería diferente, no tendríamos el romanticismo del poeta, las palabras bellas, y entonces las Estrellas, la Luna, el Sol, el amor, todas las cosas de la vida, no tendrían un significado literario.
Tendemos a comparar el amor de nuestra vida como la mejor estrella del firmamento, la que más brilla. La Luna y el Sol hacen referencia a la vida. Solemos describir al Sol como la fuente de vida, el rey del cielo, la estrella que desprende la luz divina, en cambio la Luna se dibuja como una figura triste y sola, pero a la vez mágica, llena de pureza, donde en la noche, el color blanco reina en solitario.
Las cosas bellas han de durar, y para que duren debemos cuidarlas. Todo lo bello tiene un significado, lo tenemos por un motivo. Cuantos bosques han sido castigados por las llamas, a veces provocadas por la mano humana, solemos tirar la piedra y luego esconder la mano. Pienso en algunas personas que no entienden la importancia de los árboles, no quieren darse cuenta de todo lo que hay en el mundo y lo importante que es. Existen por una razón, la naturaleza se ha encargado de crearlas porque las necesita, si no fuera así muchas cosas no existirían, porque no haría falta que estuvieran.
La diferencia entre la naturaleza y nosotros es muy simple; las plantas no andan, todo lo demás es parecido. La naturaleza tiene su propio lenguaje. Nosotros hasta la fecha no la hemos logrado entender, o a lo mejor no nos hemos esforzado lo suficiente en intentar comprenderla. Por ejemplo; si una persona va andando por una pequeña arboleda y ve a otra persona hablando con un árbol, que es lo primero que va a pensar al contemplar esta imagen, lo más lógico para la mayoría sería pensar que está loco, pero estoy segura que a nadie o casi nadie, se le ocurriría pensar algo positivo.
La naturaleza al igual que nosotros también necesita amor, las cosas bellas no están en la ciudad, están en la montaña, en el campo, en todos los sitios donde el estrés es nulo o casi nulo, es sencillamente donde más tranquilos estamos.
Las personas tenemos muchos defectos, pero de entre los que tenemos podemos calificar uno como el más importante y del que muchas personas carecen, no sabemos mirar. Mirar lo que nos rodea es fácil, tan sólo hay que tener ojos y que estos puedan ver, pero hay una forma de mirar que no se hace con la vista, se hace con el corazón, incluso una persona que este privada de la visión lo puede hacer, sólo hay que tener sensibilidad, y también es cierto que muchas personas carecen de ella, por el motivo que sea no la han desarrollado, o la desarrollaron pero poco a poco la han ido perdiendo.
No podemos mostrarnos indiferentes a lo que nos rodea, ni con la naturaleza, ni con las personas. Todas las personas son importantes, sin fijarse donde han nacido, crecido o vivido, a esto se le llama saber convivir, pero desgraciadamente hay personas que no saben hacerlo. El respeto hacía los demás es más importante que el amor, porque si no nos respetamos los unos a los otros tampoco podremos amarnos.
Todas las personas queremos un mundo donde no haya guerras, no haya odio, no haya injusticias, y en el cual podamos vivir bien, o por lo menos vivir sin problemas. Ahora mismo se podría decir que es una utopía, no estamos haciendo lo posible para evitarlo, no sabemos vivir en comunidad, siempre habrá alguna razón para discutir con nuestro vecino por pequeño que sea el problema. No podemos enumerar todos los defectos que tenemos porque no acabaríamos nunca, hemos de aprender a vivir con las personas y con sus defectos.
Hay muchas cosas importantes en esta vida y en este mundo, cosas que si no tuviéramos harían nuestra vida diferente. Tenemos una responsabilidad, porque detrás nuestro viene más gente, y lo más lógico es dejar las cosas tal y como las hemos encontrado al principio. Porque alguien dijo una vez, que el mundo no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos, es decir, tenemos que devolverlo, como todos los préstamos en las mejores condiciones posibles.
A mi personalmente me gustaría dejar mi pequeña huella en este mundo imperfecto. Decir o dejar para la posteridad, que hay que cuidar lo que tenemos porque no es sólo nuestro, y entre todos se pueden hacer muchas cosas. Tal vez algunas personas debieran leer más para aprender a ser más sensibles. Hay que dejar aflorar los sentimientos porque para eso están, y por lo tanto que cada uno juzgue a su manera.
Mi apoyo total a lo expresado por ti Erika. Seria muy importante, que todos, participasemos en esas ideas.
ResponderEliminarUna casa muy bien decorada la tuya.
Mis saludos, amiga.
Emilio.
SOÑADORA ¿SABES¿ NO ESTAS SOÑANDO EN VANO CUANDO EN TU RIQUISIMA PROSA YA ESTÁS SEMBRANDO TU HERENCIA EN HUELLAS QUE JAMÁS EL TIEMPO PODRÁ BORRAR.
ResponderEliminaruN ABRAZO FUERTE
Tienes mucha razón todos queremos y necesitamos un mundo mejor.
ResponderEliminarEl trabajo para sensibilisar comienza desde nosotros.
SANTOAMOR
Erika
ResponderEliminarBravo por tu esfuerzo en despertarnos a esta realidad de que debemos trabajar por un mundo mejor.
Besos
Maria
Gracias soñadora, fue un placer conocerte y lo es, mayor ahora, leerte.
ResponderEliminarGarcía Francés
Bello, sensible, reflexivo texto.
ResponderEliminarUn abrazo gus.
qué buenas y perfectas ideas que comparto Erika; es verdad que aún no sabemos descifrar el lenguaje de las plantas :)
ResponderEliminarBesos
liliana
Magnifico trabajo y siempre se debe luchar por un universo mejor de Paz, Amor y sin discriminación...
ResponderEliminar¡¡¡ Felicitaciones !!!
Abrazos y besos
Raquel
Una prosa exquisita que deja huellas.
ResponderEliminarbesos
Elisabet
Somos uno con la naturaleza y todos componemos el mismo centro, mientras sigamos siendo egoistas, los resultados están a la vista. Bellos y sensibles tus pensameintos, como siempre.
ResponderEliminarSaludos Gabriela Abeal
Asi es Erika, querida bellas reflexiones sobre nuestra Tierra, nuestra vida en ella. Te felicito, besos, Julia
ResponderEliminarSiempre es grato acudir tras tus huellas, Erika.
ResponderEliminarUn abrazo,
Catalina
Erika. Gracias por pasar por mi blog. Muchas gracias por tus palabras. Espero que sigamos en contacto.
ResponderEliminarQuerida Erika, invaluables palabras que trasmiten transperencia y sinceridad.
ResponderEliminarFelicidades.
Rbk
(México)
Sueños de una mujer enamorada, que empezará dentro de muy poco un camino hermoso, lleno de felicidad y de pequeñas piedras que aprenderá a sortearlas con su enorme sensibilidad y amor por todo lo vivo, todo lo que está ahí acompañándonos durante nuestra historia.
ResponderEliminarComparto hasta tal punto tus sentimientos, que vivo rodeado de más de un millón de pinos enormes, de cinco pastores alemanes, de ardillas que con sus crías vienen a comer a mi terraza, palomas torcaces, pajaros carpinteros, Tórtolas, lagartos enormes que se cobijan en un rincon del jardín, culebras, alacranes....no mato ningún animal todos viven en ese nombre que lees en todas mis poesías Zuhaitz-Ondoan (Entre árboles en vasco)...¡ah! y también cuatro algarrobos que tienen más de doscientos años...
Ahora sabes algo más de mi...
Sigue soñando, como yo también sueño aunque sea en cosas imposibles, pero que te tienen unido a un mundo que te da aunque tan solo sea una pequeña cantidad de felicidad.
La belleza Erika que irradias está dentro de ti, tú haces bellas las cosas...
te deseo lo mejor de este mundo, te lo mereces....azpeitia
Hola: pasé por casualidad, huyendo de los miles de mails de un Yahoo GRoups y me detuve en tu BLOG... Muy hermoso y hasta tierno.
ResponderEliminarEn realción con un fragmneto: "A mi personalmente me gustaría dejar mi pequeña huella en este mundo imperfecto.", yo creoq ue el mundo es como es y quienss somos de una u otra menra somos nosotros... ¡Piénsalo!
En una definición que me acompaña dije: "Me declaro imperfecto de naturaleza equivocada..."
Un abrazo y disculpa mi atrevimiento, desde Medellín con amor de colombiano