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01 agosto, 2007

¿Te acuerdas?

¿Te acuerdas de las veces que íbamos a jugar al parque?. Era domingo y hacía Sol. Cruzábamos la carretera y llegábamos a la explanada verde en la que podíamos correr sin peligro. Llevábamos algo para jugar, a veces una pelota de plástico o la bicicleta de cuatro ruedas con la que poco a poco me enseñaste a montar. Otras veces íbamos sin juguetes y cogíamos flores y hacíamos coronas que luego nos poníamos en la cabeza. Era divertido y yo me lo pasaba muy bien a tú lado, fue una infancia feliz. Como era muy pequeña todavía no había empezado la escuela. Todas las mañanas te esperaba ansiosa asomada a la ventana, sabía que me llevarías a la calle, y cuando te veía aparecer sonreía. Venías andando por el final de la acera y paso a paso te ibas acercando, cuando llegabas a la portería yo bajaba las escaleras de un salto.
Un día no viniste, y yo no entendía porque, quería ir al parque con la bicicleta, porque le habías quitado una rueda y me tenías que enseñar a mantener el equilibrio encima de ese sillín negro. Le pregunte a mi padre;

- ¿Donde esta el yayo?
- Hoy no vendrá. - Me respondió.

Al día siguiente tampoco viniste, y al otro tampoco. El domingo de esa misma semana estuve en la casa, y le pregunte a mi abuela;

- ¿Donde está el yayo?
- Está durmiendo. - Me respondió.

Una gran sonrisa de oreja a oreja iluminó mi cara, y salí corriendo por el pasillo hasta tu habitación, cuando llegué no estabas, y la cama estaba bien hecha. Se me borró la sonrisa de golpe. Me acerqué a mi abuela y le hablé;

- Yaya, el yayo no está en la habitación. ¿Donde está durmiendo?
- En otro sitio. - Me respondió
- ¿Y podemos ir?. - Le pregunté.
- No cariño, no podemos. - Se lamentó.
- Ya se, ¿entonces no le veré más? - Le pregunté mirando al suelo.
Ella sólo dijo no.

No lloré, pero muchas veces me asomaba a la ventana y me quedaba mirando la calle por donde solías venir, no se, quizá esperando a que fuera un sueño.
Sí, todavía me acuerdo.

5 comentarios:

  1. Toda la ternura que se desprende de tus textos, para que llegue como esa caricia que tan bien nos hace en ciertos momentos de soledad.

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  2. Hasta en el dolor y en la ausencia tu pluma destila ternura y mucho amor.
    Yayo está durmiendo en otro sitio, pero no está solito; seguro se ha cruzado con Oscar, con Sergio, con Pablo, y quizás hasta esté hablando en este momentito con mi Papá.

    Te quiero mucho Erika!
    MILLONES DE BESOS Y UN ABRAZO QUE SE CRUZA EL MAR PARA ALCANZARTE

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  3. Anónimo11:12

    erika, miles de gracias por el vínculo que veo que me has creado, un besazo,
    amor

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  4. Un abrazote de fin de semana con sorpresa, pasate por acá Erika:

    Mariposas & Girasoles

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  5. Texto de melancolías y recuerdos que me pareció maravilloso.
    Un abrazo Gus.

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