A mi abuela Antonia López
Llevas el tiempo escrito en la mirada, eres un libro de historia, un paseo hacia el recuerdo. Tu cara demuestra que has vivido y luchado bastante, llevas las arrugas del viento en los ojos, las mejillas, alrededor de los labios, tu sonrisa es tierna.
Te has curtido en mil batallas y ahora orgullosa lo cuentas porque lo has hecho bien, o por lo menos has hecho lo que has podido que ya es bastante.
Te veo feliz y me gusta, miras a tu alrededor y sólo hay gente que te quiere, hijos, nietos, incluso bisnietos y todos pendientes de ti.
De mayor quiero ser como tú, tan cercana y atenta, tan dulce. Quiero saber tantas cosas de la vida, aunque creo que eso lo da la experiencia.
Llevas casi ochenta años en las yemas de los dedos, tus manos han recogido los trocitos de melancolía a lo largo de los años, porque has sido hija, esposa y madre, ahora te toca ser abuela: la mía.
Llevas el tiempo escrito en la mirada, eres un libro de historia, un paseo hacia el recuerdo. Tu cara demuestra que has vivido y luchado bastante, llevas las arrugas del viento en los ojos, las mejillas, alrededor de los labios, tu sonrisa es tierna.
Te has curtido en mil batallas y ahora orgullosa lo cuentas porque lo has hecho bien, o por lo menos has hecho lo que has podido que ya es bastante.
Te veo feliz y me gusta, miras a tu alrededor y sólo hay gente que te quiere, hijos, nietos, incluso bisnietos y todos pendientes de ti.
De mayor quiero ser como tú, tan cercana y atenta, tan dulce. Quiero saber tantas cosas de la vida, aunque creo que eso lo da la experiencia.
Llevas casi ochenta años en las yemas de los dedos, tus manos han recogido los trocitos de melancolía a lo largo de los años, porque has sido hija, esposa y madre, ahora te toca ser abuela: la mía.
Vale el comentario anterior. tus dos abuelas emocionadas de la Vida en tu prosa y poesía.
ResponderEliminargracias por compartir esas visiones de intimidad y cariño que se visualizan en tus textos.
Marisa Aragón Willner