Y
pensaste
que
ya no servía
que
todas las palabras
se
esfumaron.
Ya
no volverán las miradas
en
un patio tranquilo
lleno
de flores.
El
tiempo decidió
que
era el momento
de
arrancarte de mi lado.
Te
fuiste
y
ahora ya no veo tu alma
en
este atardecer nublado
donde
la esencia
de
los árboles
remueve
el viento.
Una
vez más la vida sigue.