Las mañanas despiertan sencillas y serenas, han sabido encontrar la calma que produce el paisaje. El Sol calienta desde un cielo cargado de nostalgia, donde el viento sólo es brisa. El mar atesora la magia de los reflejos lunares. La esperanza está sembrada sobre la ilusión, dentro de un tiempo estas paredes recogerán sueños, los pintaremos de colores vivos para que se vean y los dejaremos reposar para que la realidad sea más dulce.